Dirigido al alumnado de 4º
ESO.
La diversidad del alumnado en el aula es
un valor enriquecedor por la individualización de la enseñanza, por la
heterogeneidad de los alumnos y además es un valor positivo para todos.
La diversidad puede ser de procedencia
cultural, de clase social, de lenguaje, de capacidades de ritmo, de
motivaciones e intereses.
Esta realidad hay que atenderla desde la
igualdad de oportunidades, significa que todos tienen las mismas oportunidades para aprender y no que todos aprendan lo mismo
a la vez. Hay que adaptarse a las necesidades de los alumnos, adecuar su
educación a la realidad actual, no desde la selección, sino desde la atención y
el respeto a la diversidad de todos los alumnos, sin excepciones, para lograr
una verdadera igualdad de oportunidades y así evitar la desigualdad, es decir
lograr una igualdad que integre y
acerque desde el conocimiento y la interacción a todos los alumnos.
Bien es sabido que la educación es un
derecho de todos por igual.
Los alumnos acuden a las aulas para
trabajar juntos, para aprender al máximo de sus capacidades, para aprender de
manera significativa todo cuanto puede cada uno, colaborando mutuamente y para
disfrutar de las distintas experiencias vividas día a día.
Los seres humanos diferimos unos de
otros desde el punto de vista biológico, psicológico, social y cultural, pero
todos somos personas con los mismos derechos y necesidades.
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